Bienvenidos a este
cuaderno de viaje-blog, que nace como un "satélite" del blog HUMBOLDT, del IES Luis de Morales.

Pretendemos mostrar aquí una experiencia didáctica de gran tradición en nuestro Centro: el Viaje Didáctico a Picos de Europa que, anualmente -normalmente en el mes de octubre-, llevamos a cabo con los alumnos de 2º de Bachillerato. El año 2010 ha cumplido la XIII edición.

Este Viaje Didáctico está diseñado y organizado por los Departamentos de Ciencias Naturales y Ciencias Sociales, Geografía e Historia y pretende ser un complemento a las materias de Geografía de España, Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, Biología y Geología.

Entre los objetivos planteados con esta salida didáctica están:

- Tratar contenidos relevantes del currículo de las materias vinculadas, proporcionando situaciones de aprendizaje significativo.
- Analizar los mecanismos básicos que rigen el funcionamiento del medio físico, valorando las repercusiones de la actividad humana sobre él.
- Adquirir conocimientos básicos sobre la zona visitada.
- Potenciar el viaje como una experiencia personal y de grupo, asi como vía de conocimiento para distintas materias.

Queremos que este blog sea una especie de "cuaderno de viaje" de la actividad, en el que sean los alumnos los que escriban sus crónicas sobre los lugares visitados y las actividades realizadas. Las entradas que se harán en el blog narrando lo acontecido durante cada uno de los días se confeccionarán, por tanto, con las aportaciones de los alumnos.
En los gadgets laterales se podrá consultar información técnica de cada sitio visitado, se podrá ver fotografías de la actividad, visualizar vídeos de la zona, etc.

lunes, 10 de octubre de 2011

PICOS DE EUROPA 2011-EDICIÓN XIV


Se aproxima una nueva edición del viaje didáctico a Picos de Europa, ¡¡y ya van 14 años ininterrumpidos!!. Para preparar el viaje, hay algunos consejos y recordatorios que debéis tener en cuenta:

* No olvidéis llevar:
- saco de dormir (en los albergues dormimos en literas, con colchón y manta)
- toallas

- ropa de abrigo (forro polar o similar)

- chubasquero o ropa para lluvia

- calzado adecuado para andar por montañas
- medicinas (aquellos que tengáis algún tratamiento médico) y/o pastillas para el mareo (quien las necesite)
- mochila para las marchas

- bolsa de aseo


* Otras cosas que pueden ser de utilidad:
- bastones de marcha -a quien le guste usarlos-
- mantas para el autobús

- linterna

- aguja/hilo


Acordáos de que os dijimos que el calzado es importante; es mucho más práctico un calzado para andar por montañas (un calzado de treeking) que las zapatillas de deporte; los suelos húmedos y las rocas en el suelo os pueden causar algún problema si lleváis zapatillas de deporte con suela muy fina. Es importante que tengáis en cuenta, ya os lo dijimos también, que no llevéis calzado para estrenar (os pueden salir ampollas); si lo habéis comprado para la ocasión debéis ponéroslo algunos días antes y andar con ellos.

También es importante que llevéis impermeable o ropa para agua adecuada; si llueve o hace viento un impermeable "de los chinos", tipo "bolsa de basura" no os va a servir de nada: y podéis calaros y/o pasar frío.

Comidas: para que todos lo tengáis claro, os indicamos qué días comeremos de bocadillos -de la comida que llevemos- y qué días tenemos la opción de comer en población (plato combinado, pizza,...) -siempre podéis comer de lo que llevéis, pero debéis saberlo desde por la mañana-:
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1er día: comemos en ruta -en una población-, por lo tanto: bocadillo (o cada uno lo que quiera llevar). Cenamos en el albergue: bocadillo.
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2º día: comemos en marcha por la montaña: bocadillo. Cenamos en población de Potes: opción de tomar algo en bar/restaurante/pizzería o de comer lo que llevemos.
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3er. día: comemos haciendo la Ruta del Cares: bocadillo. Cenamos en la población de Ribadesella: opción de cenar,
en el albergue, de lo que llevemos o de tomar algo en la población.
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4º día: comeremos después de visitar el Museo del Jurásico: bocadillo. Cenaremos en ruta de bajada hacia Arroyo de la Luz (pararemos en un bar de camino).
No olvidéis que, salvo el 1er. día -en que cada uno debe llevar el suyo- compraremos pan todos los días (también nos proveeremos de agua, que necesitaremos para las marchas).

Conviene que, para las marchas, llevéis algo de frutos secos, chocolates, barritas,... que os den energía.


Sed coherentes con la cantidad de ropa que llevéis: ya sabéis que debéis cargar con ella desde el autobús hasta los albergues: ¡¡¡cada uno cargará con la suya !!! (más la comida y más el saco), y hay calles de asfalto algo irregular, escaleras,...

Debéis cuidar las instalaciones de los albergues: sed conscientes de que hay que dejarlo todo en las mismas condiciones en que estaba al principio (no os empeñéis en enchufar más secadores de los que la potencia del albergue resista, doblad cada uno vuestras mantas antes de marcharnos del albergue, no arrojéis papeles y suciedad al suelo de las habitaciones, mantenedlas límpias,....).


Recordad que somos un grupo y que es importante cumplir los horarios que se indiquen. Sed conscientes de que todos tenemos derecho a dormir y descansar (lo váis a necesitar, os lo aseguramos). En las marchas, no os separéis mucho del grupo....

... y DISFRUTAD, DISFRUTAD MUCHO, que es un viaje precioso.





miércoles, 28 de septiembre de 2011

CRONICAS VIAJERAS. 4º. DÍA



XIII VIAJE A LOS PICOS DE EUROPA

CRÓNICA DE ALUMNOS

De la montaña al mar. 4º DÍA

Mis recuerdos del cuarto día del viaje a Picos de Europa son recuerdos interesantes y divertidos y que, creo, no olvidaré nunca.

Recién levantados después de habernos acostado tarde, y después del desayuno, dimos un paseo por la playa de Ribadesella, y se nos ocurrió, a Ismael, Israel y a mí, la “terrible” idea de darnos un baño en el mar. Nos quedamos en calzoncillos y nos bañamos un buen rato en un agua que estaba muy fresquita.

Más tarde nos fuimos a ver huellas de dinosaurio que había al final del paseo marítimo, aunque, la verdad, es que no se apreciaban con mucha claridad; a pesar de ello fue bastante interesante.

Por último, fuimos a ver los bufaderos de Pría, que sonaban como volcanes cada vez que las olas pegaban en los acantilados; había, además, un pescador en el acantilado que nos enseñó peces que no habíamos visto nunca (nosotros es que somos “más de río”).

Al final del día, volvimos a coger el autobús para volver a Arroyo; el viaje se me hizo muy corto ya que estaba cansadísimo y me dormí un rato largo. Aunque me lo había pasado muy bien, tenía ganas de llegar a casa.


Vidal Collado Noviembre 2010

sábado, 24 de septiembre de 2011

CRONICAS VIAJERAS. 3er. DÍA

XIII VIAJE A LOS PICOS DE EUROPA

CRÓNICA DE ALUMNOS

De la montaña al mar. 3er. DÍA

La excursión a los Picos de Europa ha sido una experiencia inolvidable, no solo por la belleza de los paisajes y lugares que hemos visitado, sino, también, por la buena relación entre alumnos y profesores. Por ejemplo, el “buen rollito” que había cuando jugábamos por la noche al ping-pong en uno de los albergues o lo que se han preocupado por nosotros los profesores cuando, en alguna de las rutas, estábamos cansados, teníamos agujetas o nos dolía algo. Ha sido una excursión en la que, además de aprender mucho sobre geografía y geología, nos hemos divertido y lo hemos pasado genial en cada momento…, a pesar de tener que escuchar a los profesores cuando estábamos recién levantados. ¡Es broma…!.

Uno de los días que quiero resaltar fue el tercero. Hicimos la conocida Ruta del Cares, desde Posada de Valdeón (León) hasta Poncebos (Asturias), por lo que nos sentimos orgullosos, entre otras cosas, al pasar de una Comunidad a otra a pie. Aunque fue la ruta más larga, me gustó mucho, y me sorprendió tanto que la considero la ruta más bonita de los Picos de Europa. El final del trayecto fue lo que me resultó más duro, pues era una fuerte subida y había que hacerla caminado entre piedras. Tenemos grandes recuerdos de la ruta y, además, siempre conservaremos las fotos de Pedro Emilio.

El día culminó con una noche fantástica en Ribadesella, donde los alumnos pudimos, al fin, disfrutar de tiempo libre en una deseada salida nocturna.

Ha sido uno de los mejores viajes de mi paso por el instituto y, con un poquitín de pena, el último junto a los compañeros. Pero siempre recordaremos las anécdotas divertidas: algunos compañeros se despistaron del grupo y tuvieron que hacer auto-stop, y, en la habitación de las chicas, en el primer albergue, hubo una inesperada visita por parte de la fauna de la zona.

Cristina Ramos Noviembre 2010


Nos levantamos en el albergue de Cabañes, volvimos a cargar el autobús con las maletas y emprendimos una ruta larga en autobús, con puertos y curvas, pantanos, desfiladeros, etc. A pesar de lo avanzado de la mañana, era curioso ver el pantano cubierto con niebla o nubes (era una pantano bastante elevado y rodeado de montañas). Sobre las 12 de la mañana empezamos la famosa Ruta del Cares, que comenzó en Posada de Valdeón, pueblo donde nos dejó el autobús –que tuvo que dar un largo revuelto para recogernos por la tarde-.

Andando, Pedro Emilio y Antonio nos iban explicando características geomorfológicas y de flora y fauna de la zona. Comimos a eso de las 14,30 en un pueblecito muy pequeño, Caín, que estaba en medio de la ruta. Después, retomamos la ruta y, en este caso, íbamos justo al lado del río Cares, muy cerca de su orilla. Vimos un pequeño embalse con “escalones” para que las truchas y salmones llegaran a la parte alta del río para desovar. Caminábamos, en algunas ocasiones, dentro de la misma montaña, por túneles; atravesamos el límite entre León y Asturias y, algo más adelante, empezó una dura zona de cuesta. Antes de empezar la subida, un compañero tuvo un problema de lumbago; tuvimos que ayudarle y Pedro Emilio se quedó con él subiendo despacio mientras los demás continuamos la ruta. Cuando todos llegamos arriba descansamos y nos hicimos unas fotos de grupo. La posterior bajada se nos hizo más amena porque ya estábamos cerca del final, donde nos esperaba el autobús para llevarnos al nuevo albergue, en Ribadesella. Después, salimos a cenar y de fiesta por el pueblo, hasta que nos fuimos a dormir a eso de las 2,30. Así terminó nuestro tercer día de viaje.

Esteban Expósito Noviembre 2010

El día 21 de octubre tocaba hacer la ruta más temida por todos nosotros, la más larga, la ruta del Cares. Nos levantamos temprano, hicimos las maletas ya que íbamos a marcharnos del albergue en que habíamos pasado las dos noches anteriores y, después del desayuno, nos dirigimos al autobús: pero tuvimos que ir andando, cargados, hasta él ya que el pueblo, al estar en la montaña, no permitía el paso de autobuses hasta el albergue.

Después de un rato largo en el autobús, intentando dormir y escuchando las explicaciones de Pedro Emilio, nos bajamos y empezamos la ruta; al poco una señora nos enseñó un hórreo. A medida que íbamos avanzando, los profes nos enseñaban y explicaban lo que íbamos viendo. Después paramos a comer en unos merenderos y continuamos la ruta: aunque fue larga y cansada, fue muy bonita. Como digo la ruta fue larga, para entretenernos en el camino, fuimos cantando y jugando; aunque cansados, llegamos muy contentos por haber logrado hacerla entera; fue muy gratificante acabarla ya que nosotros no estamos acostumbrados a caminar tanto.

Después nos fuimos al albergue nuevo, en Ribadesella: era precioso y, además, era la primera noche que íbamos a salir de bares. Por tanto, nos duchamos, nos pusimos guapos y fuimos a cenar y a tomar algo por el pueblo; todos coincidimos en un bar y nos lo pasamos muy bien, conocimos a un grupo de chicos de allí y, bailando y riendo, se nos pasó rápido el tiempo.

En resumen, este viaje ha sido una bonita experiencia y, quizá, la última excursión que hagamos todos juntos; aprendimos mucho, caminamos mucho, vimos paisajes bonitos y mereció mucho la pena.

Carmen Leal Noviembre 2010

jueves, 22 de septiembre de 2011

CRONICAS VIAJERAS. 2º. DÍA

XIII VIAJE A LOS PICOS DE EUROPA

CRÓNICA DE ALUMNOS

De la montaña al mar. 2º. DÍA

El segundo día comenzó con un madrugón a las 7 de la mañana y con Pedro Emilio pasando por todas las habitaciones gritando: ¡¡arriba todo el mundo!!.

A partir de ese momento todos nos levantamos, nos vestimos, preparamos la mochila para la ruta y nos planteamos nuestro primer dilema del día: el de ponernos o no ponernos las botas de montaña con las que parecíamos ese monstruo tan buscado: “EL BIGFOOD”.

Después de decidir ponernos ese calzado tan poco glamuroso, nos fuimos a desayunar. Un café calentito, unas tostadas con mermelada y galletas mientras veíamos cómo en las ventanas se condensaba el agua por las temperaturas “poco calurosas” de afuera.

Tras desayunar nos fuimos al autobús con intención de comenzar la ruta, que, al fin y al cabo, fue una de las mejores ya que ocurrieron cosas divertidas para contar.

Siguiendo con el relato, compramos pan para el día y subimos hasta la estación del teleférico donde, como de costumbre, Pedro Emilio nos hizo varias fotos; desde distintos ángulos, sí, pero, en definitiva, la misma foto.

Subimos al teleférico: a medida que ascendíamos se nos taponaban los oídos, pero era im-pre-sio-nan-te ver, desde las alturas, un paisaje tan bruto y, a la vez, tan hermoso. Puesto que tuvimos que subir en 2 grupos, una vez todos arriba, Pedro Emilio se dispuso a darnos una de esas charlas sobre lo que íbamos a hacer y todo eso y, cómo no, a hacernos algunas fotos más,… que no faltaran. Cinco minutos después estábamos en ruta: ascendimos la falda de una montaña en la que pudimos ver nieve casi derretida, aunque la mañana comenzaba a abrirse y se predecía buen tiempo y temperaturas regulares.

La ruta empezó a hacerse muy bien, puesto que después de una corta ascensión comenzamos a descender y llegamos a una zona llana de prados situada entre las montañas que se elevaban a nuestro alrededor. Poco después, los profesores nos indicaron que, cuando viéramos un campamento, nos paráramos a comer, pero ¡cuál fue nuestra sorpresa!...: escuchamos a Pedro Emilio comentar: “…esto es una cosa que me encanta hacer y todos los años la hago…”; yo estaba cerca y me pregunté que qué es lo que haría cuando, de pronto, le veo alzar los brazos en cruz y echarse a correr prado abajo hacia donde yo estaba…; fue uno de los momentos más divertidos de la ruta.

A continuación paramos a comer y Antonio Muriel nos comentó que aparecería, como efectivamente lo hizo, un tipo de curioso pajarillo negro con el pico largo y rojo que se comería nuestros pedacitos de pan. Después de comer proseguimos la ruta hasta que llegamos a un punto en el que tomamos un trayecto nuevo –que, espero, nadie vuelva a hacer- que iba totalmente por dentro de una montaña: como habréis pensado ya, ¡sííí!, era un descenso totalmente rocoso: ¡¡¡lo peor!!!. Personalmente, ya no podía más; tenía los gemelos supercargados y estaba agotada. Algunos de nosotros (bueno, sólo yo, que yo sepa) acabamos llorando de cansancio, ya que no estamos acostumbrados a andar tantísimo.

Con un calor horrible y una sed totalmente insaciable, como una luz al final de un túnel, vimos la salida: al final, llegamos de nuevo a la estación del teleférico, pero, para sorpresa y buen susto, varios de nuestros compañeros se despistaron y se perdieron en el tramo final de la ruta. Los que llegamos a la estación descansamos, mientras que los profesores salieron en búsqueda de los compañeros “perdidos en combate”. Después de localizarlos por teléfono, quedamos en recogerlos en la carretera de vuelta con el autobús. Cuándo los localizamos, el conductor, José, les gastó una broma no parando hasta más adelante…: los chicos corrieron detrás del autobús creyendo que los quedábamos allí; ¡fue bastante gracioso!.

Por la tarde, visitamos una ermita y el monasterio de Sto. Toribio de Liébana, donde nos mostraron un trozo del lignum crucis, un trozo de madera, supuestamente, de la cruz en que Cristo fue crucificado. Después tuvimos tiempo libre para visitar y cenar en Potes.

Finalmente, desde mi punto de vista, debo decir que ha sido una excursión en la que conseguí superar muchos temores; al principio, no quería ir porque pensaba que iba a ser muy dura para mí, pero mi madre me convenció y estoy orgullosa de haberle hecho caso, porque ha sido una excursión preciosa desde el punto de vista geográfico y desde el punto de vista de la convivencia con mis compañeros.

Como conclusión, me gustaría decir que este viaje puede llegar a ser muchísimo más divertido que cualquier otra excursión organizada desde un punto de vista más lúdico.

Miriam Pavón Torreño Noviembre 2010